¿Te has parado a pensar alguna vez en esas decisiones que han marcado un antes y un después a lo largo de tu vida?
¿Recuerdas el día que decidiste que no necesitabas jefes?
¿Recuerdas el momento en que supiste que eras capaz de trabajar para tus propios sueños y dejar de hacer realidad los sueños de otros?
Esto trata de tomar decisiones…
Asumir la determinación de ser artífices de nuestro destino profesional es una decisión de enorme calado que nos cambia el rumbo para siempre.
Es la primera gran decisión que tomamos cuando nos convertimos en emprendedores.
A partir de ahí, cada día te enfrentas al reto de tomar miles de decisiones.
No todas son sencillas.
No todas te ayudan a crecer.
- Decidir cuál va a ser tu valor diferencial.
- Decidir cuál va ser tu estrategia para ser visible.
- Decidir trabajar solo o colaborar con otros.
- Decidir tener blog o no.
- Decidir si vas a marcar horarios y límites a tu vida laboral.
Y otras muchas más.
Cuando nos enfrentamos solos a estas decisiones, corremos el riesgo de que la necesidad de resultados prevalezca por sobre la responsabilidad de las acciones.
Las decisiones que apuntalan tu camino
Equivocarse es necesario y sano muchas veces, porque el error no retroalimenta si sabemos instrumentarlo a nuestro favor.
Pero hay 3 errores fundamentales cuyo precio es demasiado caro para un profesional autónomo.
Errores que nunca deberías cometer…
Error Nº 1: Pensar que por ser pequeño tienes menos responsabilidades
Las leyes son iguales para todos y las obligaciones también.
Pensar por ejemplo que cumplir la ley de protección de datos (el reglamento RGPD) es solo para las grandes empresas y que a ti no te afecta es un error que puede costarte tu reputación, hacerte perder clientes y enfrentarte a sanciones inasumibles.
Los profesionalmente que son legal y socialmente responsables consiguen diferenciar sus productos mejor que otros que no lo son, incrementando así el grado de fiabilidad de sus recomendaciones y la reputación en la red.
¿Lo sabías?
Error Nº 2: Pensar que tú puedes con todo
Desgraciadamente, no podemos saberlo todo.
Gestionar un negocio exige muchísimos conocimientos en muchas áreas que son inabordables: gestión fiscal, estrategias de marketing, gestión de oportunidades, seguridad, cumplimiento normativo, etc.
Es necesario delegar y contar con la ayuda de otros profesionales expertos en esas materias para que tu rumbo y tus decisiones no te obliguen a malgastar tu tiempo y talento y tener que retroceder.
El pensar que leyendo un tutorial podrás hacerlo igual de bien que alguien que se ha especializado durante años en esto es bastante osado e ingenuo.
Puede que al final lo consigas, pero ¿cuánto tiempo has dedicado a desarrollar algo que otro podría haber hecho en menor tiempo y de modo más efectivo?
No siempre contamos con recursos económicos para subsanar todas nuestras necesidades, eso yo lo se de primera mano, pero no todo pasa por pagar.
¿Te has planteado que puedes intercambiar servicios?
Error Nº 3: Subestimar el poder de las sinergias
Todos necesitamos de otros para crecer.
Pensar que tú no necesitas a nadie es un error que puede hacerte perder muchas oportunidades de negocio.
Es imprescindible alimentar sinergias con otros profesionales que te ayuden a crecer profesionalmente y fortalecer lazos de colaboración.
Descubre a aquellos profesionales consolidados a quienes admiras, investiga cómo puedes ayudarles y qué puedes aportarles para crear un vínculo nutritivo.
La pregunta que debes hacerte es cómo quieres que sea tu camino.
¿Lleno de obstáculos que tú mismo has construido o libre de ellos?
Qué decisiones te acercarán al objetivo y cuáles te alejaran.
Un consejo final: Si quieres ser grande, piensa en grande y únete a los grandes.
Y ahora, es tu turno: ¿cometes alguno de estos errores como freelance y emprendedor? ¿Cuál es que te cuesta más trabajo superar? ¿Añadirías otros a la lista? Seguimos en los comentarios.