Como para muchos otros, el autoempleo ha sido tu elección y tu solución, pero ocurre muchas veces que por mucho que empujes tu negocio, no ves que los resultados lleguen como tú deseas.
Resulta que el éxito está más ligado a la actitud que a la aptitud, y por muy formado que estés, por mucho que te esmeres, si no desarrollas una serie de actitudes ligadas al éxito, la ecuación será complicada.
Día a día encuentro profesionales que no están preparados para el éxito y que no tienen las habilidades necesarias para alcanzarlo.
Y como no quiero que eso te pase a ti, ¿quieres que te cuente cómo solucionarlo?
Tú también puedes si practicas la inteligencia apreciativa
Ya sabemos que existen patrones repetidos en todos los casos de éxito. Lo que quizás no sepas es que tú también los puedes desarrollar.
Estos patrones se engloban bajo el término Inteligencia Apreciativa.
El término fue acuñado por el psicólogo Tojo Thatchenkery, director del Programa de Desarrollo Organizacional en la George Mason University de Virginia, EEUU.
Pero ¿en qué consiste exactamente la inteligencia apreciativa? Te lo cuento ahora mismo.
Actitudes de la inteligencia apreciativa que te lanzarán al éxito
#1 Resuelve, no te lamentes
Un primer «principio» de la inteligencia apreciativa anima a que no malgastes tiempo en lamentarte; en su lugar, instrumenta el error a tu favor para capitalizar la experiencia y asumir nuevas soluciones.
O dicho de otro modo:
Céntrate en la solución y no en el problema.
Vivir para apagar fuegos es una elección que te alejará de tus objetivos. Aprende a anticiparte a los problemas, a no insistir en los mismos errores y a tener un sentido práctico muy desarrollado.
#2 Huye de la negatividad y emplea un lenguaje positivo
No es lo mismo decir “Esta vez no voy a equivocarme” que decir “Esta vez voy a hacerlo bien”.
Se trata de condicionar a tu cerebro para que visualice el éxito.
Date palmaditas mentales, robustece tu confianza y seguridad, huye de las autodescalificaciones que te predisponen al fracaso.
El ejemplo de la profecía de autocumpliento es muy ilustrativo: si tú estás convencido de que fracasarás, tu cerebro se encargará de no defraudar tu profecía y es más que posible que se cumpla.
Entrena a tu cerebro para el éxito.
#3 Destierra el egocentrismo
Para la inteligencia apreciativa, esto significa reconocer que el mapa no es el territorio.
Tú ves el mundo a tu manera, asumido desde la subjetividad de tu experiencia. Ves tu mapa, pero el resto de las personas que te rodean tienen su propio mapa.
Aprender a asumir esta singularidad, saber enriquecerse de la diferencia, no asumir el desacuerdo como un ataque personal, es una actitud fundamental para triunfar.
Creer que los demás tienen que asumir tus criterios y tu forma de entender el mundo, no solo te hará vivir enfrentado y en permanente conflicto con los demás, sino que también te impedirá crecer y enriquecerte.
Destierra tus prejuicios, que son limitadores del pensamiento y la creatividad. Una mente abierta es siempre más receptiva y permeable al conocimiento, no se encapsula en convicciones herméticas.
Piensa que nadie es dueño y soberano de la verdad. Tampoco tú. Aprende a escuchar de manera activa, sin afán de rebatir, con la mente abierta a aceptar otros puntos de vista, otras perspectivas.
En mi actividad profesional, día a día me encuentro con profesionales que no saben escuchar, que imponen de forma religiosa y mecánica sus respuestas históricas, esas que un día asumieron como verdades absolutas e inapelables.
Contaminados de prejuicios y falsas creencias, insisten en prácticas que son contrarias a sus intereses y que pueden acarrearles grandes perjuicios, como vulnerar derechos de clientes, descuidar la seguridad interna de sus negocios o enfrentarse al desprestigio que supone un expediente sancionador.
Abrirte a la escucha humilde, no intentar competir con los argumentos del otro, no querer demostrar superioridad, será una actitud que acercará el éxito a tu puerta.
#4 La adaptabilidad al entorno
Debes aceptar la realidad cambiante que exige que modifiques pautas de trabajo y te adaptes a las exigencias de los nuevos entornos digitales.
La rigidez genera inmovilismo y este impide el crecimiento.
Los avances y riesgos que producen las nuevas tecnologías nos obligan a asumir nuevas responsabilidades. Pretender seguir trabajando como si nada de esto ocurriera no es una muestra de inteligencia apreciativa, así que tenlo en cuenta para aplicarlo en tu propio caso y en el de tu negocio digital.
¿Conocías la inteligencia apreciativa?
¿Sigues sus principios? ¿Estás decidido a aplicarlos a partir de hoy mismo? Estoy deseando escucharte en los comentarios.