¿Te estás planteando crear una nueva web, servicio o infoproducto? Hacerlo lleva mucha ilusión detrás, pero también mucho esfuerzo. Y precisamente por el esfuerzo y el trabajo que implica desarrollar una nueva idea, hay una pregunta que nos surge: ¿y si no funciona bien y nadie lo compra? Menudo chasco. Tiempo y energías invertidos para nada. Por suerte, hay una forma de evitar sorpresas desagradables cuando queremos lanzar un nuevo curso o infoproducto: crear un producto mínimo viable.
Con el producto mínimo viable, podrás validar tu idea y asegurarte de que tendrá una respuesta positiva entre tus potenciales clientes.
¿No sabes en qué consiste el producto mínimo viable y cómo trabajar con esta estrategia?
Entonces, te sugiero que te prepares un café. En este post voy a contarte todo lo que debes saber sobre el producto mínimo viable y cómo diseñar nuevas vías de negocio sin arriesgarte a trabajar en balde.
¿Suena bien? ¡Pues empezamos!
¿Qué es un Producto Mínimo Viable?
No es la primera vez que hablo en mi blog del producto mínimo viable, de hecho ya lo hice en mi diccionario de marketing. De todas formas te recuerdo la definición:
El producto mínimo viable (que en inglés se llama Minimum Viable Product) es una versión de un producto o servicio que incluye las características suficientes para satisfacer las necesidades de los clientes y permite recopilar la mayor cantidad posible de información y aprendizaje validado directamente por el mercado con el menor esfuerzo posible.
La idea de producto mínimo viable (MVP) viene de la metodología lean startup, la cual se basa en una serie de técnicas para crear negocios que vendan de manera recurrente y puedan crecer.
La metodología lean startup dice que cuando desarrollas una idea de negocio por primera vez, no hace falta que cuides hasta el último detalle antes de lanzarla. Por esa razón crearás un producto mínimo viable, el cual no será perfecto, pero sí suficiente para testear el mercado.
Habrá unos pocos primeros clientes que probarán tu producto mínimo viable. Después de escuchar lo que dicen esos clientes, se harán los ajustes necesarios para perfeccionar el MVP y así lanzarlo definitivamente.
Por resumir un poco, quédate con una frase que quizá hayas escuchado unas cuantas veces: mejor hecho que perfecto. Ya tendrás tiempo de mejorar cuando tengas el feedback de tus primeros clientes.
Cuáles son los beneficios del Producto Mínimo Viable y por qué te lo recomiendo
Los beneficios de la creación de un MVP son muy claros:
- Evitas trabajar para nada.
- Tu idea se ajustará exactamente a lo que tus clientes buscan.
- Ahorras dinero.
Para que lo entiendas mejor, voy a extenderme en cada beneficio.
Evitas trabajar en balde
Una de las mejores aportaciones de la metodología lean startup es que nos enseña una visión de los negocios totalmente distinta de lo que estamos acostumbrados a ver, que no es otra cosa que trabajar tomando como base los resultados obtenidos.
Si te das cuenta, esto no es lo que sueles pensar cuando tienes una idea de negocio.
Lo que les ocurre a muchos emprendedores es que se dejan llevar por su intuición. Esto significan que detectan una necesidad y comienzan a crear un producto o servicio que la solucione.
Pero esta forma de trabajar puede llevarte al fracaso. ¿Por qué? Pues porque realmente no has escuchado al mercado. Has detectado algo que, según tú, necesita una solución. Pero, ¿piensan los demás lo mismo que tú? Esto es lo primero que hay que ver y muchos emprendedores no lo hacen. No es lo mismo suponer que estar en lo cierto.
Crear un producto o servicio muy currado que finalmente no se vende es un atentado contra tu productividad. Habrás perdido mucho tiempo que podrías haber dedicado a otras cosas más útiles para mejorar tu negocio. O incluso a formarte más.
Además, ten en cuenta que una cosa es «creer» que tu nueva oferta va a funcionar y otra muy diferente «saber» que va a funcionar.
Tu producto se ajusta exactamente a lo que tus clientes buscan y necesitan
Si haces público tu MVP y lo prueban varios clientes, podrás mejorarlo para sacar la versión definitiva; pero no en función de lo que tú pienses, sino en función de lo que tus clientes te han dicho.
Estamos un poco en lo de antes:
El resultado siempre será mejor testeando el mercado que dejándote llevar por una serie de suposiciones que están en tu cabeza.
Según lo que tú piensas, tu producto debe tener unas características determinadas. Pero ¿las personas destinadas a usarlo piensan lo mismo que tú? Si no les preguntas nunca lo sabrás.
Ahorras dinero
No hace falta que te diga que desarrollar algo perfecto es mucho más caro que crear algo imperfecto. Y si además el producto perfecto fracasa, habrás perdido mucho más dinero que si hubieras apostado por el producto mínimo viable.
¿Lo ves claro? 😉
Ahora que te he contado los beneficios del MVP pasamos a la parte práctica.
¿Cómo puedes crear tu estrategia de Producto Mínimo Viable?
En este punto seguramente te estás preguntando cómo empezar, cómo llegar a ese producto mínimo viable. Ahora mismo te muestro los pasos que seguir.
Y para ello vamos a tomar un ejemplo muy frecuente en el mundo online como es la creación de un curso.
1. Arma una estrategia de preventa
Lo primero que debes hacer con tu idea de curso es darle forma, pero para ello no necesitas un gran trabajo. Con crear la estructura es suficiente.
Tras crear esa estructura inicial, redacta la página de ventas donde lo vas a presentar y vender.
Con la estructura inicial y la página de ventas ya puedes hacer un prelanzamiento. Como se trata de un curso que todavía no está desarrollado, no es necesario un lanzamiento con una gran campaña. Puedes mandar publicidad solo a tu lista de suscriptores, por ejemplo.
Si con este prelanzamiento ves que hay ventas, entonces ya puedes ponerte a desarrollar el curso.
Y si ves que no tiene éxito, ya sabes que no interesa y, por tanto, no hay necesidad de que pierdas tu tiempo en crear algo que no tiene demanda real en el mercado.
Para poder seguir explicando el método, vamos a suponer que sí existe interés en el curso.
Crea una edición beta
Una vez que has visto que tu curso interesa, ya puedes empezar a desarrollarlo. El final de ese desarrollo te dará tu curso mínimo viable. Como te comentaba más arriba, este curso no debe ser perfecto, sino suficiente para que una serie de alumnos lo puedan probar.
Lo que se hace en el caso de los cursos online es lanzar una versión beta del mismo que incluya lo suficiente para que quien lo pruebe pueda ver su potencial.
Evidentemente, al ser un curso en fase de desarrollo, las ediciones beta suelen tener un precio reducido, que será mayor cuando lances la versión oficial y completa.
Te recomiendo abrir pocas plazas para que en la edición beta haya un grupo reducido de alumnos, con los que puedas interactuar a fondo y así conocer su feedback sobre los contenidos. Sus opiniones valen oro, porque su experiencia te servirá para saber cómo mejorar, completar y perfeccionar tu curso antes de abrirlo al gran público y venderlo en internet.
Y cuando llegue ese momento, puesto que el curso ya lo has testeado, hacer un lanzamiento con garantías de éxito.
¿Has trabajado alguna vez un lanzamiento siguiendo la estrategia del producto mínimo viable?
Espero haberte ayudado con este artículo a ver la importancia del producto mínimo viable en cualquier idea que tengas como emprendedor digital.
Seguir esta metodología te ayudará a ser más productivo, gestionar mejor el tiempo y no perder energía ni dinero por el camino.
¿Has utilizado la estrategia del producto mínimo viable para lanzar tus infoproductos o servicios digitales? ¿Alguna vez has lanzado algo al mercado sin validarlo antes y te has llevado un chasco? Seguimos en los comentarios, así que ¡ahí te espero!