Hace unos 16 años, cuando jugaba en un equipo de fútbol de Alcalá de Henares, tuve un preparador físico que logró sacar lo mejor de mí.
Yo era muy vago, puesto que tenía unas buenas cualidades técnicas, y no me gustaba mucho correr ni pelear por los balones. Sin embargo quería mejorar este aspecto de mi condición futbolística.
Una vez, en una sesión de preparación física, llevábamos más de 1 hora corriendo, subiendo cuestas, haciendo cambios de ritmo… ¡Aún hoy recuerdo lo duro que era! Parecía que no se iba a acabar nunca, y no sabíamos qué hora era porque no nos dejaban llevar reloj.
De repente, al pasar por delante de preparador físico le die que ya no podía más, a lo que me contestó: «Cuando crees que no puedes más, sólo has gastado al mitad de tus energías y puedes hacer el doble de lo que has hecho».
Mi amor propio no me dejó parar, y efectivamente, pude acabar el entrenamiento, muy agotado, pero lo terminé. Entonces Fernando, que así se llamaba, me dio la enhorabuena y eso supuso el principio de la mejora que experimente después y que me hizo un jugador más completo y competitivo.
Al ver este vídeo que te dejo a continuación, me acordé de Fernando y de aquel día, así que recuerda que cuando crees que no puedes más, solo has gastado la mitad.