¿Alguna vez te has planteado reinventarte y emprender en internet como sherpa tecnológico? ¿O ampliar tu negocio de diseño web y ofrecer servicios de soporte técnico para negocios digitales?
Si se te ha pasado por la cabeza, pero aún no te has lanzado, quizá te preguntes si realmente este es tu camino.
¿Te gustaría salir de dudas?
En este post, vas a descubrir cuáles son las características de un sherpa tecnológico. Y cuando acabes de leerlo, sabrás si tienes lo que hay que tener para convertirte en uno. 😉
¿Estás hecho para dedicarte al soporte técnico y eres el sherpa que los negocios digitales están buscando?
¡Vamos a comprobarlo!
1. Eres una persona curiosa
Característica esencial de todo sherpa tecnológico. Todos los negocios digitales tienen un gran entramado técnico detrás, pero no todos son iguales ni tienen las mismas necesidades o problemas. Y aunque el responsable tecnológico sepa mucho sobre herramientas y tecnología digital, no siempre se tiene la solución o respuesta adecuada a mano.
Hay que investigar. Y probar. Mucho.
Por eso, se necesita tener una naturaleza curiosa y tener interés en saber cómo funcionan (y por qué) las cosas; en concreto, la sala de máquinas de un negocio online.
De pequeño yo rompía casi cualquier juguete que caía en mis manos. No por torpe, sino porque quería averiguar cómo era por dentro. De adulto, me ocurre lo mismo. Eso sí, ya no rompo: desmonto, entiendo y lo hago funcionar de nuevo (casi siempre). 😀
2. Te mola la tecnología y trastear con herramientas y parte técnica
Muy relacionada con la anterior, esta es otra de las características de un sherpa tecnológico: no ser “tecnófobo”.
Evidentemente, si el área técnica no te gusta, te aburre o te da incluso miedo, pues… es fácil imaginar que ser responsable tecnológico no es lo tuyo.
Sin embargo, si disfrutas probando nuevos recursos y plugins, configurando, haciendo experimentos técnicos y, en definitiva, te lo pasas bien toqueteando herramientas, todo apunta a que tienes madera de sherpa tecnológico.
Y aquí hago un apunte: lo importante no es saber mucho, sino que te lo pases bien. O sea que si te mola, pero no tienes muchos conocimientos, ¡no pasa nada!
Lo que no se sabe se aprende.
3. Disfrutas con los retos y lo desconocido es un estimulante desafío
Hay encargos… y encargos. Los hay sencillos y los hay muy complejos.
Y como uno nunca sabe qué van a pedir los clientes ni cuándo se va a plantear un problema, el trabajo diario de un sherpa tecnológico implica estar dispuesto a salir de tu zona de confort y enfrentarte a retos casi constantemente.
No solo por el hecho de tener que experimentar con nuevas herramientas, sino porque en ocasiones, tus clientes querrán conseguir algo, y serás tú quien tenga que decidir cuáles son los mejores recursos para conseguirlo.
4. Eres de acción
Que te guste aprender es una de las características de un sherpa tecnológico. Pero ojo, no basta con formarse. ¡Hay que poner en práctica lo que se aprende!
Decía Platón:
El que aprende y no aplica lo aprendido es como el que ara y no siembra.
Aunque parezca una estupidez, no lo es. Hay que aprender y no quedarse en la teoría, sino pasar a la acción, practicar, equivocarse si es necesario. Actuar, en defintiva. Esta es la única actitud posible para tener éxito cuando emprendes, y en el caso de un sherpa tecnológico, más.
5. Enfrentas tus miedos
Los sherpas tecnológicos no somos superhéroes. Si decides emprender como profesional del soporte técnico con tu propio negocio, además de herramientas y tecnología, habrá otra faceta que deberás trabajar duro cada día: la superación de tus propios miedos.
Sentir miedo es normal. Es una reacción natural inherente al ser humano.
Cuando empiezas, tienes miedo al posible fracaso (puaj, qué fea es esta palabra), miedo a no cumplir expectativas, miedo a no lograrlo… Cuando creces, aparece miedo a morir de éxito y a no ser capaz de gestionar tu propio crecimiento. Cuando te consolidas, el miedo va unido a mantenerte en la cresta de la ola, a no perder posiciones, a no perder todo lo alcanzado.
Lo importante no es no sentir miedo, sino ser capaz de afrontarlo.
6. Eres paciente y sabes controlar la frustración
La tecnología y los problemas técnicos de un negocio online ponen a prueba la paciencia del mismísimo Santo Job.
Como sherpa tecnológico debes ser capaz de gestionar los momentos en los que las cosas no salen como tú quieres o un problema se complica.
La paciencia, el autocontrol, la mente fría y la capacidad de frustración son otras de las características de un sherpa tecnológico.
En este caso, pedir ayuda a otros sherpas que puedan sacarte de un bucle en cuestión de minutos es esencial. Y para esto, por suerte, hay una solución que verás más abajo. 😉
7. Te gusta ayudar a los demás
Considero que esta característica no solo define a un asistente tecnológico, sino a cualquier emprendedor que decida vivir de su negocio online.
Si tu principal motor es solo hacer dinero… tu éxito será parcial. Sin embargo, si lo que más te motiva es ayudar a otros, tu crecimiento como sherpa no tendrá límites.
De manera que, en lugar de contar los ceros que has facturado el último mes, piensa en el número de personas a las que has podido ayudar. Es mucho más gratificante y (aunque no lo creas) esto genera un tipo de energía que atrae más clientes.
Ha llegado el momento de sacar el sherpa tecnológico que llevas dentro
¿Y bien?
¿Tienes madera de sherpa tecnológico?
Si la respuesta es sí, espera, que hay algo que quiero contarte.
Tanto si eres informático, diseñador, programador o desarrollador, como si tienes un perfil técnico de otro tipo o simplemente te gusta la tecnología y quieres aprovechar tu conocimiento, habilidad o pasión por ella… ¿qué te parecería formarte como sherpa tecnológico profesional y crear tu negocio online de soporte técnico?
Para ayudarte a conseguirlo, he preparado un training gratuito al que estás invitado. Se trata de un curso de 4 vídeos en los que te contaré paso a paso todo lo que necesitas para convertirte en el responsable tecnológico que necesitan los negocios digitales del presente y del futuro.
Arrancamos el 4 de marzo. ¿Te vienes?